Premis Rei Jaume I ’17

Senyores, senyors, Majestat:

Benvinguts tots a La Llotja i gràcies, Senyora, per acompanyar-nos en un dia d’enaltiment de la ciència i, per tant, dels valors de la raó, nascuts a la llum de la il·lustració. 

Hoy nos convoca el reconocimiento a la ciencia y sus creadores. El reconocimiento al esfuerzo de miles de investigadores, representados en la excelencia de las personas hoy premiadas. 

Pocos reconocimientos son más necesarios en nuestra sociedad que los científicos. 

Tras ellos no solo se encuentra la clave de cualquier progreso, sino también los mejores atributos de un país socialmente avanzado.

La ciencia representa el conocimiento que supera las fronteras.

Ejemplifica la razón y el argumento lógico como bases para fundamentar las ideas. 

Fomenta la existencia de la duda. 

Promueve esa duda tan útil para abandonar los dogmatismos. 

Es el mejor antídoto “contra el fanatismo” del que nos han alertado voces tan sensatas como la de Amos Oz.

El científico nunca cree haber llegado a la meta definitiva. Sabe que, tras él, otros seguirán su camino y superarán los límites del conocimiento establecido. 

Siempre con la persistencia, la inteligencia y el respeto como bagaje para el viaje del conocimiento. 

Siempre desde la libertad de pensamiento.

Del contraste de las experiencias surge la mejor verdad posible. 

Estos son los valores que han de impregnar nuestra sociedad, nuestra realidad ante las crisis, el haz de crisis que vivimos.

Ninguna verdad de parte es definitiva. Y por tanto, jamás puede justificar la ruptura de la convivencia.

Razonemos, dudemos, respetemos. 

No nos demos por vencidos. Consigamos, como en otros momentos históricos de nuestra democracia, moldear sentimientos compartidos. 

Aceptemos la diversidad en un marco de igualdad para todas las personas.

Aprendamos, pues, de la ciencia y de sus protagonistas. 

Hace 40 años empezamos a constatar que vivir juntos implica sumar intrahistorias, significa disputar a la emoción la hegemonía de la razón.

Hace más de 30 años empezamos a compartir un proyecto que borraba los límites entre países, para sustituirlos por una realidad convivida de paz, progreso y democracia. 

Esa España que suma, esa Europa convivida nos ha hecho mejores a todos los pueblos y a todas las personas que los conformamos.

Majestad, señoras y señores:

Estos premios nacieron para visibilizar la ciencia. Gracias, Santiago.

Gracias a Santiago Grisolía, porque sin tu determinación estos premios no serían lo que son hoy: los premios científicos más importantes de España.

El dilema es: inercia o futuro.

Y si hemos elegido futuro, superemos las inercias, superemos las insuficiencias de nuestro sistema de ciencia y tecnología. 

Barreras institucionales, restricciones presupuestarias, insuficiencia de la innovación y de firmas de alta tecnología.

Superemos la necesidad de exiliarse para buscar espacios donde el talento permita tener un proyecto de vida.

Levantemos la insuficiencia de la inversión en ciencia, esa cifra del 1,2% que se invierte hoy España en investigación, cuando hemos asumido, ante Europa, el compromiso de alcanzar el 2% en el 20. 

Vayamos más rápido porque mientras tanto nuestros socios europeos se han fijado ya un objetivo del 3%.

Abandonemos esa vía lenta, porque seguimos anclados en el mismo nivel de inversión que aplicábamos en el 2006. 

Reivindiquemos la ciencia. 

Hagamos caso al clamor del mundo científico a favor del Pacto de Estado por la Ciencia. 

Un pacto urgente porque ahora corremos el peligro, el riesgo de invertir todas las energías políticas en resolver los grandes problemas coyunturales, olvidando las cuestiones determinantes de nuestro futuro.

El reto del cambio climático cuyas derivadas nos llevan a episodios de sequías crónicas como padecemos aquí, muy especialmente en la provincia de Alicante, y ante la que tenemos que pedir el compromiso de todas las administraciones.

El reto demográfico que nos hará ser, en los próximos años, uno de los países más envejecidos del mundo y nos obligará a reforzar y a garantizar nuestro Estado del Bienestar.

El reto de la nueva economía, la implantación de la digitalización y la robótica y su impacto sobre un mercado laboral que será distinto, pero no debe ser precario.

Ante los retos, reivindiquemos la España que somos capaces de ser, la que aprovecha todo su talento, la que incorpora todas sus realidades.

La España que está a la altura del esfuerzo de nuestras empresas, trabajadores, estudiantes, e investigadores. 

La España que supera fronteras representada por la comunidad científica, cuya visibilidad internacional continúa la presencia que ya estableció nuestro gran humanista valenciano Joan Lluís Vives.

Esa España a la que queremos contribuir desde la Comunitat Valenciana. Y nosotros lo tenemos que hacer haciendo nuestros deberes, protagonizando nuestro propio renacimiento. 

A la que queremos contribuir impulsando la educación para alcanzar la productividad a través de la innovación como la mejor forma de competir en la globalización.

A la que queremos contribuir siendo una tierra que recupera, retiene y atrae talento. Haciendo de la Comunitat Valenciana un espacio de estabilidad, de honradez y de progreso sobre la fuerza de las ideas.

Estamos decididos a ello, pero es imprescindible que recorramos este camino juntos.  

Queremos formar parte activa del pacto por la ciencia, ejemplo de una nueva lealtad institucional entre un Estado compuesto, donde la diversidad nos permite sumar la gran inteligencia que, afortunadamente, en este siglo XXI, tenemos distribuida a lo largo y ancho del país. 

Miradas plurales para sumar capacidades como las de las personas hoy aquí galardonadas, a quienes quiero mostrarles mi gratitud, la gratitud del pueblo valenciano y el reconocimiento de la Generalitat por haber hecho de la ciencia y también del riesgo intelectual su vocación permanente. 

Gracias y enhorabuena a Fernando Martín García, a Carmen Herrero Blanco, a Josep Dalmau Obrador, a Anna Mª Traveset Vilaginés, a Susana Marcos Celestino, y a Alicia Asín Pérez.

Gracias, de igual modo, a los jurados, y a los que hoy representáis aquí a los jurados, que han realizado la difícil tarea de seleccionar a los premiados.

Y gracias, Majestad. Gracia por el apoyo que la Casa Real siempre ha dado a estos premios y gracias a usted, muy especialmente hoy por su presencia y por su cariño a los valencianos. 

Señoras y señores, Majestad:

Las valencianas y los valencianos queremos ser vanguardia de estas reivindicaciones de progreso que no son aislacionistas, introspectivas o proteccionistas. Son abiertas y razonadas. 

Los valencianos queremos reivindicar un país de razones, frente a la confrontación de emociones. 

Un país de ciencia que apuesta por su talento. Un país que sume racionalidad y sentimiento; cabeza y corazón.

Muchas gracias.