Benvingut siga qui a esta casa ve.
Gracias, Majestad, por estar aquí una vez más dando vuestro apoyo a la Comunidad Valenciana y dando vuestro apoyo a los Premios Jaime I.
Señoras y señores:
No hay futuro sin innovación. La investigación, la ciencia, la tecnología, configuran la plataforma que debe reubicar a España y a la Comunitat Valenciana en el siglo XXI.
El pueblo valenciano ha construido desde el trabajo, la iniciativa y la creación su identidad. Esta es una tierra de empresarios, de investigadores, de artistas, de escritores, de trabajadoras y trabajadores que, con su entrega y sacrificio, han conseguido articular una sociedad próspera. Una sociedad activa y dinámica al tiempo que integradora y solidaria.
Pero el presente ya es la innovación. Por eso, dotar de la máxima visibilidad al trabajo de los investigadores es una exigencia. Y, a la vez, hay que pasar de la visibilidad a los hechos. Es la hora de acompasar este reconocimiento con una estrategia por el desarrollo tecnológico y científico lejos del cortoplacismo. Lo decía el doctor Brugada ahora y estoy absolutamente convencido de ello: Es absolutamente exigible un pacto por la ciencia. La ciencia no sabe de legislaturas.
Los Premios Jaume I responden a ese objetivo de gobierno. Por una parte, reconocer el papel de muchos miles de personas que desarrollan a diario su esfuerzo en los laboratorios, en los talleres, en las aulas. Y en segundo lugar, reiniciar el papel central de la ciencia en la agenda política.
Estos galardones surgieron de nuestra sociedad, de la sociedad valenciana, de la sociedad civil valenciana, como una iniciativa de personas, empresas, entidades y expertos conscientes de la necesidad de exteriorizar la investigación más allá de los convencionalismos. Por eso quiero esta tarde subrayar esa visión avanzada que tuvieron en su momento los creadores de estos Premios. Mi agradecimiento también a los patrocinadores, a los miembros del jurado y muy especialmente, por supuesto, a Santiago Grisolía, cuyo impulso ha sido decisivo en el nacimiento y la continuidad de esta iniciativa.
Majestad:
La Fundación Valenciana de Estudios Avanzados eligió en su momento para estos premios el nombre de un monarca que tiene para nosotros, los valencianos, un enorme simbolismo. Dentro de una semana celebraremos el 777 Aniversario de su entrada en Valencia para fundar un nuevo reino. Un rey, el “bon Rei Jaume”, que unió bajo su corona territorios diversos y que dio a todos ellos leyes propias y, al mismo tiempo, fue un eje de unión y un factor de progreso y desarrollo enormes.
Tampoco es casual que este acto tenga lugar aquí, en un entorno tan cargado de significado como la Llotja de València. Este edificio simboliza la fuerza de una sociedad civil que hace cinco siglos fue capaz de proyectarse hacia todos los rincones de Europa y del Mediterráneo.
Y esa fuerza continúa viva en muchas de nuestras empresas. En empresas que exportan diariamente, empresas que superan dificultades. También en nuestras universidades, que ganan prestigio año tras año. También en nuestro tejido social, que demuestra su solidaridad respondiendo siempre, ahora también, a tragedias como la de los refugiados.
Señoras y señores:
Vivimos la peor crisis desde los años 70. Y para superarla no hay atajos. No hay atajos para la prosperidad. Sólo hay un camino seguro: trabajo, esfuerzo e innovación. Y no hay futuro en la baja calidad. No hay futuro en los salarios bajos. No hay futuro en los productos o servicios de bajo valor añadido.
Superaremos la crisis apostando por el trabajo bien hecho. Por competir con los mejores sin trampas ni artificios. Innovando, investigando, siempre sin descanso. Y en consecuencia, como país no de recetas mágicas, tenemos que trabajar más juntos, más unidos, más fuertes.
Y conseguirlo implica, por supuesto, resetear el presente. Reformar con inteligencia. Reformar con prudencia, pero también reformar con coraje. Reformas que sumen igualdad y singularidad. Reformas para reconocer todas las singularidades de las regiones y las nacionalidades de España. Reformas que garanticen que todos los españoles y españolas, vivan donde vivan, tengan las mismas oportunidades, los mismos derechos. Reformas para devolver la vitalidad a nuestra democracia.
El éxito de la Constitución, el éxito de la monarquía parlamentaria tiene ahora un nuevo reto. Nadie como Usted, Majestad, ha entendido en este tiempo mejor el valor de la renovación institucional. Y en esas reformas, la Comunitat Valenciana quiere participar.
Los cinco millones de valencianos y valencianas vamos a dar un paso adelante con lealtad, con firmeza, con todo nuestro mejor desarrollo para superar la invisibilidad. Porque así, con una Comunitat Valenciana más visible en el conjunto de España, podremos ser una mayor fuerza activa para España. Y eso será bueno, por supuesto para la Comunitat Valenciana, pero será mejor también para España.
Acabo felicitando a los premiados: a Luis Liz Marzán, a Juan José Dolado, a Josep Brugada, a Josep Peñuelas, a Pablo Artal, a Óscar Landeta y a la Asociación Española contra el Cáncer.
A todos, muchas gracias. Desde ahora, vuestro nombre irá unido al de este galardón que hoy recibís. Pasáis a convertiros en los mejores embajadores de los valores que pretendemos abrazar. Su imagen y su prestigio pasan también a serlo nuestros, y nos sentimos orgullosos de ello.
Jaume I dejó escrito en su testamento el 20 de julio de 1236 unas palabras que hoy tienen más vigencia que nunca. “Amar i protegir totes les persones i el poble, fer regnar la justícia i vetlar perquè els grans no oprimisquen els menuts”.
Con este espíritu afrontamos estos años decisivos para nuestra historia. Desde la lealtad y la firmeza contamos con Su Majestad y con todo el pueblo valenciano.
Muchas gracias.